Blogia
El Castillo del Rey Kuranes

Os juro que cuando empiezo a escribir algo no se como va a acabar...

Ya ha pasado mucho desde la última vez que mis manos recorrieron la suave superficie del cuerpo de una mujer. Temo olvidar las sensaciones que acompañan a ese tipo de experiencias. Acaso no vuelva a ver jamás encenderse las mejillas de una amante por la pasión provocada por mis caricias. Quizás no vuelva a oír nunca la susurrante voz de una mujer comunicarme sus deseos a mi oído, acompañada por un coro de gemidos, latidos y suspiros. Puede que nunca vuelva a sentir en mi piel el cálido y aterciopelado cuerpo de una muchacha, retorciéndonos de placer mientras nos fundimos en un apasionado abrazo. Cabe la posibilidad de que nunca vuelva a captar la fragancia que acompaña el frenesí de unos amantes o a saborear extasiado cada centímetro de un cuerpo bañado en el rocío de la pasión.

Y en mi interior sigue ardiendo con fuerza la inextinguible llama del Deseo, aunque ahora solo ansíe ofrecer su luz y su fuego a una única persona. Esta llama arde con la chispa del instinto pero alimentada por el combustible de las pasiones. Un fuego que a veces amenazaba con consumirme y convertirme en un humeante montón de cenizas capaz de entregarse a sus apetitos más primarios con la esperanza de no volver a sentir nada por nadie para evitar el dolor que conllevan el rechazo y los sentimientos no correspondidos. Por suerte cierto suceso altero ese posible curso de acontecimientos.

Pero el Deseo no es el único fuego que arde en el corazón de uno. El alma es un pilar que se alza envuelto por diversas llamaradas. La negra y fría llama del Odio, la azulada y temblorosa llama de la Melancolía, las verdosas y lacerantes lenguas ígneas del Dolor, la relampagueante llama dorada de la Felicidad y el resplandor blanco y cálido del Amor conviven con la carmesí e inestable llama del Deseo. Se relacionan constantemente entre ellas, ahogándose o alimentándose las unas a las otras.

Que el Amor os envuelva, alimente vuestra Felicidad, sofoque al Odio, el Dolor y la Melancolía y controle vuestro Deseo.

2 comentarios

Harmu -

Un dia te dije que, a veces, el amor parecia mas grande cuando hablabas de el, como ahora, hablando de emociones, de deseos, de el fuego de tu corazon.
Ahora, que el amor te envuelve a ti tambien, ya no parece mas grande. Es que ahora lo es.

Kitakaze -si, el que ha escrito esto- -

Soy consciente de que faltan algunas emociones como Ira o Miedo, pero si vieseis donde me da por escribir estas cosas os extrañaria que no me hayan olvidado todas. : P