Blogia
El Castillo del Rey Kuranes

Memorias III – La Verdad

El Doctor soltó la mano del joven después de darle una suave palmada como muestra de afecto involuntaria y juntó las manos sobre su regazo mientras echaba la cabeza hacia atrás tomando aire con los ojos cerrados, gesto habitual en él al que Vincent se había acostumbrado. Estuvo en silencio tan solo unos minutos mientras Vincent contemplaba como las motas de polvo se veían subir y bajar a través de un haz de luz solar que entraba por la ventana. Finalmente el médico comenzó a hablar, su voz sonando fría y distante, sin posar la mirada en los ojos del joven, que escuchaba atento.

- Como ya has aprendido la hipnosis se puede emplear entre muchas otras cosas como un método
para despertar recuerdos que normalmente no serían accesibles de forma consciente. - Vincent asintió con un gesto - Las pociones que te he administrado y el incienso que empleé antes de la sesión de hoy tenían la función de sensibilizarte a ese tipo de tratamiento regresivo y ayudarnos a eliminar las barreras subconscientes de tus recuerdos. - El hombre dedicó unos momentos a ordenar sus ideas antes de seguir – Hoy, contigo, he conseguido los resultados más asombrosos empleando esta técnica. Has retrocedido a través de tus recuerdos hasta minutos antes de tu propia concepción. Aunque parezca inverosímil ya había leído que a veces puede ocurrir. Como ya sabrás durante tu parto hubo dificultades, la mayoría de las cuales nunca se supo a que atribuirlas. Lo más misterioso fue la repentina muerte, como por agotamiento, que sufrió tu madre a pesar de haber estado perfectamente sana durante todo el embarazo. - El médico llevo una mano a sus ojos cerrados, presionando los párpados con los dedos, intentando concentrarse y no dejarse llevar por las emociones – Tus recuerdos de esa fase, aunque muy rudimentarios me han permitido dilucidar en parte lo que, yo creo, explica tu estado actual así como muchas otras cosas. Tu memoria empieza con las primeras contracciones. Entonces estabas muy débil, la Vida se escapaba de tu pequeño cuerpo y de haber seguido la naturaleza su curso habitual tú habrías nacido muerto. Pero, aún no se como, tenias u obtuviste en aquel momento la capacidad de tomar Vida de otros. Tu madre, unida a ti como estaba, debió de sentir que la Vida te abandonaba y con un acto de amor recuerdas como hizo que su Vida pasara a ti. Cuando instantes después tu surgiste de su cuerpo, sano y fuerte, ella falleció al no quedar Vida en su interior. Ella se sacrificó por ti, así lo creo yo. Con el tiempo creo que la energía que ella te otorgó, su Vida, ha ido consumiéndose y creo que para recuperar tus fuerzas necesitarías tomar de nuevo la energía vital de otra persona.

El Doctor emitió un sonoro suspiro y volvió la mirada hacia el joven que durante estos meses se había convertido en su pupilo. El rostro delgado de Vincent permanecía tenso, las mandíbulas apretadas, y de sus ojos por primera vez en su vida brotaba un torrente de lagrimas que fluían por su rostro hasta caer en las sabanas que sus manos agarraban con fuerzas, marcándose los nudillos a través de la delgada capa de piel morena. Finalmente el muchacho habló, y aunque tan solo pronunció dos palabras lo hizo con tal ardor que parecía que el torrente de lagrimas que caía por sus mejillas se debiese a que el hielo azul de sus ojos se estuviese derritiendo.

- Quiero vivir.

0 comentarios